jueves, octubre 22, 2009

Carvajal graba radioteatro para la Universidad Católica

Hoy Jueves, Carlos Carvajal, inicia las grabaciones de un radioteatro, en la radio de la Universidad Católica de Chile.
Asi que estamos con toda la fuerza para ponerle la voz, a los personajes. afinando la garganta.
Gracias a Francisco Vergara, a Eunis y a todos, por haberme invitado a participar de este proyecto.

miércoles, octubre 21, 2009

Carvajal de vuelta al Teatro

Con mi querida directora Macarena Losada.
Emocionadamente feliz.
Un actor sin directora, no es nada, o lo lleva a la expresión máxima de su arte, o el actor se cae del escenario.
El actor es como un pintor ciego.
Y el director es los Ojos y los Oídos del actor.
Gracias Maca, por devolverme la máscara y toda la felicidad, que significa volver al teatro.
En palabras de Alejandro Jodorowsky: Un Acto Psicomágico.

Fotografía gentileza Felipe Rubio.


Carlos Carvajal, de vuelta al teatro.

Fotografía gentileza de Felipe Rubio.


Las texturas, los contraluces, me permiten pintar con luz, en mis fotografías.


El juego de las diferentes luces, me motivó a destacar la textura, de la propuesta del montaje.



Una vista del contraluz de la escena.




La directora afinando los últimos detalles de la escenografía.





martes, octubre 20, 2009

Carvajal de Vuelta al Teatro

Hoy a las 19:00 Hrs., en la Sala de Teatro La Memoria, Bellavista 0523, Santiago de Chile: Carlos Carvajal, vuelve al escenario, con la adaptación de un fragmento, de La Tempestad, de William Shakespeare, bajo la direción de Macarena Losada.

lunes, octubre 19, 2009

Prometeo Encadenado: Huracán de Miedo

Estos temas, forman parte de la banda sonora de Prometeo Encadenado y han sido, compuestos,interpretados, grabados y mezclados, por mi, en Santiago de Chile, en mi home studio.







Todos los derechos reservados © 2009 Carvajal Art

Prometeo Encadenado: Desangrado

Aquí va un avance, de lo que será, la pronta inauguración, de la nueva galería fotográfica virtual, de Carvajal Art.



Descenderé hacia el Mar
esta es mi verdad
tormentas de cristal.

Fuego que viene
del bien y del mal
como una amante
envuelta en su soñar
desangrado.

Como si fuese
un ansioso querer
de un cielo
que vacila a tus pies
desangrado.

Como si fuera
un desierto de sal
Como si fuese
la lenta ciudad
desangrado.

Pletórico del bien.

Todos los derechos reservados © 2009 Carvajal Art

Mi Familia son mis Amigos


viernes, octubre 16, 2009

TRAICION: Pinter, Ema y un Gato

TRAICION:
Corrían los finales de los años 80, y conversando con mi gran maestro de actuación, Ramón Nuñez, se presentó la oportunidad de traducir, la maravillosa obra de Harold Pinter. Pudimos adentrarnos en la ambientación de época, en Londres y su mundo. En el montaje también aparecieron hasta los Beatles, con Yesterday, por primera vez en el teatro universitario. El trabajo que propuso Ramón, llevó la investigación previa, a la elaboración de un montaje de carácter experimental, como parte de un examen de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Experimental porque partía de un realismo que devenía en absurdo, en el sin sentido, de una existencia que se debate entre, las situaciones emocionales, que pretenden ser real, sostenidas solo en los juegos de poder y de deseos, en medio de un extraño triángulo amoroso gay. Toda una novedad para esos recordados años ochenta.
La mañana, de ese sábado estaba un poco fría, como de costumbre. Algo de Londinense parecíamos reconocer hasta en la bruma del amanecer. Las luces, de la sala 2 de ensayo, de la Universidad Católica, estaban encendidas, las sillas y el escritorio, como siempre dispuestos, a comenzar con el duro trabajo de mesa, que realizábamos en horas extraordinarias, fuera de lo habitual.
La sala vacía se veía más grande que de costumbre, pero había un fuerte y penetrante olor a gato.
Tratando de resolver desde dónde venía el olor. Apareció de improviso Orietta, que encarnaba a Ema, con un diminuto gato entre los brazos.
-Ayyyy, dime Carlitos, que no es lindo-, comentó con los ojos bien abiertos detrás de los anteojos.
-La verdad es que nunca me han gustado los gatos-, contesté intrigado.
-Pero como no te van a gustar...,si son tan lindos-, prosiguió.
-Serán lindos, pero el olor es insoportable, y además, mi mamá decía que son traicioneros-, acoté.
-Eso depende, este, es muy educadito-, concluyó
-¿Y cómo se llama el gato?-, pregunté, nuevamente intrigado.
-Ay!, no se cómo ponerle: Tito, Raúl ó Ramón-, prosiguió, con una leve sonrisa.
-Pero cómo le vas a poner Tito...-, proseguí.
En ese instante irrumpe Ramón, a gran velocidad, vestido de un buzo color rojo intenso, al momento que saluda, con un: -... " ¿Hola chiquillos, cómo están?..."-
-Tenemos nuevo integrante en la compañía...-, le digo.
-Siii, dice Ema: ¿no te parece lindo?...-
-Pero...y cómo vamos a ensayar con un gato...,Orietta por Dios...?-, contesta Ramón.
-Es la único que faltaba...-, le comento como en un aparte de Shakespeare.
-Ayyy, pero no se pongan así, si yo igual puedo ensayar con el gatito...-, agrega melosamente.
- Y es hediondo el gato...-, asevero. - Que ni te cuento...-
- Bueno... que diablos!!, tendremos que hacerlo con gato...-, concluye Ramón.
Comenzamos a leer sentados, cuando de repente, en un momento álgido del texto, Orietta se para con cara de terror. Ramón y yo la miramos, como impresionados por la capacidad actoral, de la actriz, al momento que grita: -...¿Dónde está el gato!!! ?- . Y sale corriendo hacia el patio de la Escuela.
Ramón y yo, nos quedamos perplejos. Enfurecido, hago un gesto, de reprobación. Ramón me mira, con irónica sonrisa y me dice:
-...Yo creo que vas a terminar casado con la Orietta, Carlos, y van a vivir felices, en una casa llena de gatos....-, concluye. Las risas no se dejaron esperar.
Pasaron los años y una similar mañana de sábado, mientras supervisaba a mis empleados, uno de ellos se acerca y me dice:
-Don Carlos: Ud. conoce a Ramón Nuñez?...-, con gesto incrédulo.
-Porsupuesto, le digo, fue mi maestro en la Universidad Católica-, señalo enfático.
-Hoy dia, estaba escuchando la radio, lo estaban entrevistando y va a estrenar una obra, que se llama Traición-, me dice.
- Pero claro, le digo, si la traducción la hicimos en conjunto-, respondo con nostalgia.
El hombre se retira y me sorprende la situación y me queda dando vueltas la idea, de lo traicioneros que son los gatos y el tema de la obra.
Miré por encima de los bultos que comenzaban a mover y logré distinguir a la distancia, un gato que se paseaba por entremedio de los cartones.
-¿Cómo se llama el gato...?-, pregunté, a los trabajadores.
-No tiene nombre-, dijo uno.
-Bueno, entonces, desde hoy, le vamos a decir Pinter, para que no se les olvide, el nombre de la obra: Traición-.

jueves, octubre 15, 2009

Sin Moderador

Este blog no tiene moderador de comentarios, por la sencilla razón de que creemos, profundamente en la libertad de expresión. Años y muchos muertos nos tomó recuperar la democracia en Chile, para poder garantizar el soberano derecho a expresarse libremente, sin ningún tipo de cortapizas, ni sesgos, bajo ningún rótulo eufemístico, que impida el libre ejercicio de este valor, duramente conquistado.

Para quienes fuimos perseguidos, amenazados de muerte, reprimidos durante la dictadura de Pinochet, este es una conquista intransable. Podemos estar en desacuerdo, pero los chilenos logramos convivir y expresarnos con libertad.

Personalmente, creo que en espacios de arte, este principio es vital. Nadie tiene derecho a censurar a nadie, mucho menos cuando se está en un ámbito artístico. En este sentido, el presente blog es un orgullo, donde han sido llamados a colaborar y participar libremente quienes así lo deseen.

La libertad de expresión ha sido motivo de lucha y podemos dar fe, que en este blog se cumple a cabalidad. Es la esencia de nuestro arte. Es el principio que nos motiva a expresarnos sin miedo, sin temores.

Con valentía y arrojo. Carvajal Art, es y será: un espacio de libertad.

miércoles, octubre 14, 2009

martes, octubre 13, 2009

El Hombre y Su Perro


Me interesa la relación entre los animales y sus dueños. Al fin de cuentas, ellos son más humanos que los humanos. Y son los únicos fieles u honestos en su proceder. Gracias hermano, por tu cariño. Gracias Yaco, por ser también mi amigo.

viernes, octubre 09, 2009

En el Café Brasil

 

En medio de una pausa, oficiando de fotógrafo. Fotografía gentileza de Familia Parra Paz.
Posted by Picasa

En el Café Brasil

 

Junto a, Patricio Parra y la escritora, ganadora del concurso Santiago en 100 palabras: Leticia Parra. Fotografía gentileza Familia Parra Paz.
Posted by Picasa

En el Café Brasil

 

Junto a la escritora Leticia Parra, oficiando de fotógrafo.
Posted by Picasa

jueves, septiembre 24, 2009

El Hiper Realismo como Vanguardia

Como parte del currículum de la Escuela de Teatro, teníamos que montar una escena, de alguna obra del Teatro Chileno. Mis compañeros se comenzaron a mirar las caras, mientras yo, ya tenía el nombre en mente.
Siendo aún unos adolescentes íbamos regularmente al teatro y entre las salas que visitábamos estaba, la sala de Teatro La Comedia, cuyos integrantes provenientes del Teatro de Ensayo, habían formado el ICTUS y montado una serie de obras, como fruto de la llamada creación colectiva. Roberto tenía una grabadora de carrete marca Grundig que era más portátil que la Phillips Norelco, que tenía yo, que era un verdadero mueble. Nos acercamos a los actores Jaime Vadell y Nissim Sharim y les preguntamos si era posible grabar la obra, por ese entonces el vídeo era privilegio de los canales de televisión. Nos concentramos en ver la obra, para poder grabar el audio, por partes y luego realizar el montaje, que se hacía a mano, en una maquinita, que servía para empalmar, las inolvidables cintas BASF. Las cuales eran escuchadas una y otra vez, provocando el deleite de nuestras familias.
Cuando hubo que buscar el texto, no lo pensé dos veces, la obra escogida, debía ser: Pedro Juan y Diego, ya que me la sabía de memoria y la escena, debería ser: La Carta.
El ICTUS había realizado una verdadera transformación de la sala, en una construcción, donde ocurría la comedia, con andamios, tablones, tierra, arena y grandes piedras, llamadas bolones. Los actores realizaban la acción física real, de cualquier obrero, puestos en esa situación, de tener que construir una larga muralla, llamada: pirca. Esto había generado un gran impacto en la época, de manera que los actores accionaban los elementos en forma real, acercando el montaje al hiper realismo.
Siguiendo esa idea, mi propuesta era intervenir la sala 2 de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica, llenándola de arena completamente, teniendo una batea en el escenario, junto a un arnero y todas las herramientas, que normalmente se ocupan en estas faenas.
Remigio y Rodrigo, me miraron con desconcierto.
-No creemos que lo autoricen-, sentenciaron fatalmente.
-Déjenmelo a mi, yo voy a hablar con el profesor-, les dije alejándome.
Me dirigí a conversar con él, planteándole, la necesidad de cubrir totalmente de arena la sala y realizar una "mezcla" de cemento, sobre el escenario, para darle mayor realismo a la escena.
-¿Y tu sabes hacer eso?, me espetó, el profesor Nuñez.
-Porsupuesto-, le dije. -Es más, yo voy a hacer al maestro Pedro-, acoté.
-Perfecto-, me dijo el profesor, -...pero con una condición...-
-¿Cuál?-, pregunté apurado.
-Que no quede ni un solo grano de arena, en la sala-, sentenció.
-OK-, le contesté, - no hay problema, yo me encargo de eso-, terminé diciendo.
La obra se ensayó en la sala vacía y posteriormente, me conseguí unas palas y unas carretillas, para trasladar la arena que se encontraba en la parte posterior de la Universidad. Ya habíamos dejado crecer unos bigotes, que recortábamos a "lo maestro", que hacían reír a carcajadas a Ramón, quien nos decía a lo lejos:
-¡ ¿ Cómo están los maestros ? !...-
Nosotros con guantes en las manos, llevábamos varias horas acarreando arena, casi extenuados, tratando de mover unos tablones, que venían a complementar los elementos de la puesta en escena.
La muestra, provocó muchas risas y nos dejó muy satisfechos, no solo porque habíamos logrado transmitir el espíritu de la obra, creada en la década de los 70, sino que habíamos podido hacer confluir dos aspectos muy interesantes, por un lado una montaje absolutamente realista, en la construcción de los personajes y una performance, cercana a la intervención plástica del espacio escenográfico, donde el hiper realismo, era la verdadera vanguardia del momento, similar a lo que estaba haciendo Claudio Bravo, en la pintura.
A mi me llenó de orgullo, las notas que me colocó la comisión, que fueron excelentes.
El asunto siguiente fue, conseguirse una aspiradora con mi madre y junto a la pala y escoba, recoger hasta el último grano de arena presente en el suelo.
El esfuerzo fue notable y mientras caminaba a casa, pensaba que nada de esto hubiese sido posible, sin la experimentada mano de director, de nuestro profesor y maestro: Ramón Nuñez.

miércoles, septiembre 09, 2009

Ramón Nuñez Villarroel: Actor y no Payaso


La tarde se venía calurosa. La canícula arreciaba sobre el techo de plástico, que cubría el corredor que iba a los baños, mientras disfrutábamos de mojarnos el pelo y la nuca, con el agua de los surtidores, que habían en la parte exterior de los lavabos. La excitación era máxima, íbamos a salir, en dirección al teatro, para lo cual el colegio, de los Hermanos Maristas: el Instituto Alonso de Ercilla, disponía de sendas micros Ford, con carrocería Canadiense, muy largas y de interminables asientos, con ventanas que se abrían, con un sistema que bien podía cortarte un dedo, si distraidamente, bajaba de improviso.
La rutina indicaba que había que formarse por estatura, dejándome casi siempre muy cerca del final, de la interminable fila, lo que me ubicaba, por lo general, al fondo de la micro. Los profesores de "Castellano", como se le llama a la asignatura, por aquel entonces, hacían denodados esfuerzos por incentivarnos el gusto y el amor, por las distintas disciplinas artísticas, dentro de las cuales se encontraba el teatro; contábamos para tal efecto, con una sala, que llamábamos " Salón Audiovisual", donde exibíamos, películas y hacíamos obras de teatro, ya desde muy pequeños. El solo hecho de salir del colegio, aunque fuera por unas horas, era una especie de liberación, de todas las reglas hasta ese momento inflexibles, y que por arte de magia, se volvían difusas, en medio del tumulto, la alegría y el jolgorio.
Con cierta prisa, como si la función estuviese a punto de comenzar y nos fuésemos a quedar afuera, enfilamos hacia la Plaza Ñuñoa. El camino estubo matizado de cantos y juegos de scout, de manera de mantener controlada a tanta cantidad de niños y jóvenes, sobre estimulados, por la ansiedad de la aventura.
La micro estacionó frente al número 26 de la calle Jorge Washingtón, era el Teatro Dante, (actual Teatro de la Universidad Católica de Chile), al cual llegué por primera vez, aún siendo un adolescente de 15 años, desde cuya marquesina, colgaban grandes carteles, que anunciaban el título de la obra: Arauco Domado, de Lope de Vega.
Como era de esperar, no todos manifestaban su inclinación por las artes de la representación y el solo hecho de tener que hacer una prueba escrita, sobre la obra, esfumaban las ganas de atender y disponerse a ver un magno espectáculo.
El Teatro Dante era un elefante gris, enorme y obscuro, carente de tratamiento acústico, con aspecto más de cine, que de teatro, con grandes impedimentos de visión, hacia el escenario tanto desde la platea como de la galería, donde quedé ubicado, ya que, los otros cursos menores, habían acaparado las primeras filas.
Los cuchicheos, las risas y los interminables, llamados de atención de los profesores e inspectores, a mantener la compostura y el silencio, mediante la calma y el sofocine, lograban todo lo contrario en la joven audiencia, que venía a divertirse y hacer desorden, como se le llamaba, a la falta de educación, ante eventos de esta naturaleza.
Las luces se fueron apagando de a poco, en la medida que una gran algarabía, inundaba los rincones del viejo teatro, sumiéndonos en una completa obscuridad, que daría paso a un incierto murmullo, tratando de ver en la penumbra.
La obra comenzó ante nuestros ojos, con inusitada fuerza, la cual, daba cuenta, de la temática de un pueblo, que luchaba, con tenacidad contra el conquistador español. La poca costumbre de algunos en el público, de ver obras antiguas, comenzó a hacerlos perder la paciencia, ante un lenguaje, que les resultaba tan extraño como distante.
Abajo bien lejos, desde donde me encontraba, los actores hacían notables esfuerzos por cautivar a la audiencia y tratar de a lo menos, lograr que mantuviesen silencio. Algo me hizo presagiar un trágico final. El público se comportaba como los indígenas de la obra, algo había reestimulado en ellos, su sangre mapuche y tanto en los sonidos, como las exclamaciones, tenían un parecido ancestral, que se negaba a compartir tanto el lenguaje, como su significado.
El ruido, lejos de disminuir, fue subiendo, los actores hacían largas pausas, entre las cuales costaba distinguir los textos, a lo que se agregaban, las voces de los profesores que hacían callar a los alumnos, mientras los inspectores, amenazaban, con anotaciones en conducta, castigo y hasta suspenciones. Entre medio de ellos, yo trataba de entender, lo que los actores decían y de ver, ajustándome los lentes, para no perderme detalle, por sobre las cabezas de quienes ya no podían mantenerse sentados.
El asunto se volvió crítico, cuando al protagonista, deciden cortarle las manos. Entrando por el costado izquierdo del escenario, (su costado favorito), el actor gritaba despavorido, los textos, que en medio de la sangre que manaba de sus destrozadas muñecas, nos hablaba de una tragedia, sin parangón, en lo visto por nosotros hasta ese momento. A los gritos del actor, comenzaron a superponerse los alaridos y aullidos, del público, que dada lo violenta de la escena, arremetía con fuerza contra los actores, que representaban a los españoles.
En medio de ese ambiente, el protagonista, hace un gran desplazamiento, se para en su rincón, levanta sus brazos, ya sin manos, mira al público y cuando toda la espectación, indica que va a decir un texto vital, para desarrollo de la trama; hace unos gestos con la cara, como de dios furibundo y grita con potente voz:
-" ¡¡... Esto es un Teatro, no es un circo...Y yo soy un actor, no un payaso!!!! ".-
Acto seguido, se saca los muñones que tenía por brazos, los hace estrellar con furia, en el suelo del escenario, se saca el resto del vestuario, al momento, en que indignado, hace mutis por el foro y abandona la escena, dejando inconclusa la representación.
Gran impacto me causó, el imprevisto incidente que dejó la función a medio camino. A punto tal, de cautivarme la idea, de dejar de ser el payaso del curso, para pensar seriamente en transformarme en actor. Era definitivo, me había enamorado del teatro. Eso es lo que quería hacer, en mi vida.
Al día siguiente, cuando contestaba las preguntas en clase, respecto a lo visto. Escribí, que no sabía en que terminaba la obra, pero que si, me había impresionado, la dignidad, el arrojo, la valentía y el amor, con que el actor, protagonista, había defendido su oficio. Y que por tanto, lo único que recordaba, era su nombre: Ramón Nuñez.

martes, septiembre 08, 2009

Ramón Nuñez Villaroel:La risa de los sátiros



Cuando uno es un imberbe y en palabras de Ramón Nuñez, como "perro nuevo", anda moviendo la cola, rechaza las instrucciones y los consejos, de quienes a punta de rigor, lo están formando en el difícil arte de la representación. Con los años, uno se da cuenta que sus maestros tenían razón. Que los ímpetus de la juventud, tienen ese valor, pero la mesura de la experiencia, aconseja otras cosas, sobre las cuales uno debe volver una y otra vez, hasta alcanzar la sabiduría.

Un día, ya avanzada la noche, la Sala 1, del Teatro de la Universidad Católica de Chile, estaba completamente vacía, no había función. Las butacas impecablemente limpias recibían la tenue luz de guardia, que hacía ver la sala, más grande que en otras ocasiones, pletórica de risas o lágrimas, o abarrotada de un público, enfervorizado aplaudiendo de pie.

Entramos sigilosamente, al templo de Dionisios, por el costado izquierdo, como de costumbre, en silencio y con un respeto que se desprendía de esa actitud, como si los sátiros estuviesen aguardando, detrás de las cortinas. Nos acercamos hacia el escenario, por una escalera de incendios, mediante la cual, alcanzamos la plataforma, que con leve inclinación, permitía una mejor visión desde distintos puntos del teatro. Afuera llovía copiosamente y los goterones se hacían sentir, con furia, sobre el techo de la sala, el silencio era sordo, la acústica absorbía toda reflexión de sonido, solo la lluvia se oía a lo lejos, interrumpida por nuestros pasos, que se allegaban al centro del escenario. Ramón paseó en silencio, como dando vueltas, cavilando, miró las butacas, las salas de los técnicos, luego miró hacia arriba, se detuvo, abrió los brazos, me miró y dijo: "Esta ha sido mi vida Carlos, toda mi vida la he vivido aquí, en esta sala, sobre este escenario, en este teatro". Hizo una leve pausa y continuó: " Y como decía MOLIERE, aquí me gustaría morir, arriba del escenario".

La lluvia parecía ser, la manifestación de una emoción que nos embargó a ambos. Yo no pude decir nada. Solo admirar a quien había sido mi maestro, mi colega y mi compañero de escena. Todo un honor para un principiante, que no se le secaba ni el ombligo y muy ufanado, decía bien fuerte, -soy actor, trabajo en el Teatro de la Universidad Católica y comparto escena con mi profesor: Ramón Nuñez-.

Hoy, cuando en la radio volvía a escucharse la voz de Ramón, mi mente viajó a esa noche de lluvia, para concluir que merecidamente, como nunca quizás, un premio viene a ser el regalo de los dioses, para un maestro que ha vivido, toda su vida en el teatro. De seguro, esta noche, los sátiros se estarán riendo detrás de las cortinas, esperando a que el bufón, vuelva a subirse al escenario nuevamente.

lunes, septiembre 07, 2009

La Vida Como Milagro


Cuando ingresé a pabellón para ser operado de un repentino desprendimiento de retina, que me había dejado ciego en tres días, el pronóstico era trágicamente fatal. Quedaría ciego y no habría ninguna posibilidad, de recuperar la visión, mediante la alta tecnología láser, existente en nuestro país. Solo un milagro podría revertir el categórico diagnóstico.
Todo había comenzado como una mosca que iba y venía, en mi campo visual, en la medida en que miraba a un lado y otro. Al segundo día era un punto, al tercer día la mitad de la visión, al cuarto día ya no veía. No lo podía creer. Para mí, como fotógrafo, actor y artista audiovisual era, sencillamente la muerte. El final de todo aquello, que constituye la esencia de lo que eres, mas allá de lo que haces, sea profesionalmente o como amateur. La vista como sentido vital de la existencia, se vuelve más necesaria en la medida en que se pierde. En momentos en que la ciencia humana, llega a su límite, nos encontramos nuevamente solos, ante Dios. Como ese día en que casi inconsciente, avanzaste desde el útero de tu madre, hasta la salida y de ahí a las manos de la matrona, para sentir el frío de la vida, una palmada en el culo, para obligarlo a llorar y a respirar. Colgando boca abajo, sintiendo la soledad del mundo, que comienza a abrirse ante tus ojos, dejando atrás la ceguera y la obscuridad del vientre materno. Cuando el dolor se hace agudo, ante el infortunio, estamos nuevamente solos, como en ese momento en que llegamos a este mundo, presagio del momento futuro, donde seremos llamados por Dios a su presencia y estaremos nuevamente, frente a él, desnudos, inmensamente solos.
El abandono a la recuperación de la fuerza de creer, me devolvió la vista. Los milagros existían y se hacían presentes en mi vida. Volví a nacer con los ojos, en un parto largo, de una recuperación interminable, al borde de la desesperación, en la impotencia cotidiana, de no poder ver. Topar con las cosas, botar los vasos, quebrar platos, derramar el agua caliente al servirte una taza de té. Tener que orinar de memoria, aprenderse los pasos hasta la cama, no poder dormir por las consecuencias de la operación y estar boca abajo durante meses. Sentirse desvalido, invalidado por la carencia. Sentirse un estorbo, un paria, al punto de tener que abandonar el lugar donde te estás recuperando. Juntar tus cosas en un bolso, aún sin poder ver, para regresar a tu casa, en medio de una completa soledad.
Hace unos días, me dijeron que tendré que ser operado nuevamente, una catarata me esta dejando nuevamente ciego. La más completa y absoluta soledad vino a mí nuevamente. Caminé cientos de cuadras, tratando de ver, tratando de recordar las formas y los colores, que han poblado mis innumerables fotografías. Busque a alguien para contarle, para desahogarme, para llorar, con los ojos del corazón, pero no había nadie, la soledad era inmensa, entre formas que no se dejaban ver. Pero la vida en su sabiduría me preparó para este momento.
Me posibilitó el año pasado subirme al escenario, aún sin poder ver bien, actuar y hacer música, para un grupo de teatro argentino. Música experimental, con platos, tazas, vasos, ollas, cucharas, tostador y cuanto utensilio, encontré en mi batería de cocina. Fui aclamado y llamado “maestro”, por músicos y actores, venidos de diferentes partes de América Latina y España, y mi alegría se transformó en orgullo.
Hoy, en que nuevamente mi madre, en alguna parte del universo, esta con dolores de parto, me sumerjo en su cálido vientre, para dar gracias a Dios, por tener la posibilidad de vivir la vida, como un milagro.


sábado, septiembre 05, 2009

viernes, agosto 14, 2009

Lo Que Nadie Dice

Con la muerte de un comunero mapuche en la Región de La Araucanía, a manos de la policía uniformada: Carabineros de Chile, se abre nuevamente la discusión sobre el imperio del Estado de Derecho en esa zona del país. Muchas voces se han alzado desde ayer, condenando la violencia, como vía de solución, de lo que llaman eufemísticamente el “conflicto mapuche”. Desde la Iglesia, pasando por los voceros de gobierno, mediante el subsecretario del interior, hasta la Presidenta Bachelet . Todos rasgan vestiduras por la quema de predios, de los latifundistas, propietarios de esos terrenos, los atentados contra los camiones de las empresas forestales, el bloqueo de los caminos y las interminables muertes, a manos de la policía. Todos dicen abogar por una solución pacífica, pero nadie, absolutamente nadie, desde los medios de comunicación explica, el verdadero trasfondo de la crítica situación económica, que ha llevado a los pobladores mapuches, a extremar las formas de presión, para la recuperación de sus tierras. Nadie explica, que dichas tierras les fueron expropiadas a sangre y fuego por el Ejército de Chile, durante la administración del Presidente Vicente Pérez Rosales. Operación dirigida y planificada por el Coronel Cornelio Saavedra, quien llevó adelante, uno de los genocidios más grandes que contenga la historia de Ejército Chileno, en contra de niños, mujeres, ancianos y hombres, que sólo defendían, las tierras que les pertenecían por derecho propio, desde sus ancestros, mucho antes de la llegada del conquistador español, Pedro de Valdivia. Nadie explica, que una vez muertos, a cañonazos, bayonetas y metralla, dichas tierras quedaron en poder de acaudaladas familias, mediante resquicios legales, que constituyen en si, un fragrante delito a la propia concepción de la propiedad privada, que nuestra sociedad, se esfuerza tanto en proteger. Nadie explica, que los engañaron, haciéndoles firmar documentos que ni siquiera sabían qué decían, ya que ellos no sabían leer ni escribir español. Nadie dice, que se les sometió por el hambre, dejándolos al margen de toda dignidad humana, al margen de cualquier posibilidad de sobrevivir. Nadie dice, que la zona de la Araucanía registra los mayores índices de pobreza e indigencia en nuestro país. Nadie dice, que los que actuaron en defensa propia, fueron los comuneros y no la policía, al verse agredidos y violentados en lo más sagrado de su cultura, que es la tierra: la Pacha Mama, la madre tierra que los vio nacer y que sin dueño alguno, debe ser resguardada, de quienes la han profanado, en su dimensión más sublime, y han hecho usufructo, de los bienes que ella ha generado, para los Mapuches, los auténticos Hombre de la Tierra ( Mapu= Tierra, Che= Hombre).
Por eso, hoy día, en que nuevamente un hombre de la tierra, cae muerto, por la espalda, con balas pagadas por el Estado Chileno, se revive el genocidio de Cornelio Saavedra. Hoy, cuando miles de mapuches, luchan, como ninguna Etnia, en el mundo, capaz de resistir 500 años, al sometimiento, por la reivindicación de sus derechos. Hoy, que se alza el grito, de una de las etnias más desarrolladas en su cosmovisión, dentro de la culturas precolombinas, nuevamente, sin vergüenza de la sangre mapuche que corre por nuestras venas, en un porcentaje de mestizaje superior al 60%, en medio de un país extranjerizante e ignorante del valor de la cultura de nuestros ancestros. Hoy, gritamos con más fuerza, en mapungún (lengua del pueblo mapuche): MARRICHIWEU: “Una y mil Veces: Venceremos”.
Todos los derechos reservados. © Carvajal Art 2009.

viernes, julio 31, 2009

Alza tus Manos

Alza tus manos
y tiende un cielo
Alza tus manos
y tiende un viento
Alza tus manos
y tiende un universo.

Carvajal Art 1991

Este poema lo escribí en la pared exterior de la casa donde crecí. Hasta que consideraron que era un grafitti y lo borraron.