Cuando recién comenzaban los sub-sónicos ruidos, desde las profundidades de la tierra, todos los seres vivos, estaban al tanto de lo que venía. Los sonidos siempre habían estado presente, tanto así que, los perros habían tocado el tema en las ultimas noches.
Las ovejas estaban muy inquietas como preocupadas, las vacas esperaban confiadas, en la versión de un toro, que había escuchado desde un televisor, de su dueño, las palabras de un ministro que decía que no había que preocuparse, que la situación estaba controlada, los chanchos, en cambio, habían oído las noticias en una radio regional, quienes sostenían que la cosa no estaba bien, y que se habrían producido temblores en forma sistemática.
Unos queltehues traían las primeras imágenes de un sobre vuelo de la zona del volcán Michimahuida.
La opinión entre los caballos estaba dividida, unos llamaban abiertamente a la subversión, otros confiaban en sus hermanos caballos y perros carabineros.
Las gallinas, en cambio, sostenían que, en caso de una emergencia, los humanos se marcharían y los dejarían abandonados a su suerte, cuando ya fuese muy tarde.
Una facción de los chanchos comenzó apoyar la tesis de la rebelión, ya que las cabras venían de vuelta. del volcán Chaitén sosteniendo que las fuentes de agua estaban contaminadas.
Unos lobos venían de Futalelfú, a bosque traviesa, para avisarles de la lluvia ácida que se vendría sobre todos.
La facción más radical de los perros, propuso la elaboración de un rápido plan de contingencia, pero los más cercanos a la posición oficia-lista, confiaban en una institución humana, llamada O.N.E.M.I., la cual habría sido creada para tales efectos devastadores de la naturaleza, en lo que se refiere a transporte, en casos de emergencia máxima y de forraje en el menor de los casos.
La facción dura, de los chanchos manifestó que desconfiaban profundamente de los humanos, porque la vez anterior cuando se había producido el tzunami, no había llegado ayuda a los humanos, menos habría de llegar ahora, ayuda a los animales.
Cundió el pánico en la población animal de la región. Unos por impotencia ante la incapacidad de ayudar a sus hermanos animales, a más de 150 klms. de distancia, y la de los desconsolados habitantes animales de Chaitén.
Las vacas se aseguraron y comenzaron a comerse el forraje que quedaba.
Unos caballos opinaban que había que cruzar al lado argentino, que allá había más ayuda que acá en Chile. Que en Argentina estaban en crisis agrícola y unos animales refugiados serían bienvenidos.
Los temblores se intensificaban y unas gaviotas que estaban coordinando la información de los movimientos de la Armada, para mantener informados a todos los animales, en red intercontinental ,estaban en máxima alerta.
La idea de abandonar a los humanos comenzó a fortalecerse, mientras unos perros seguían insistiendo en que sus amos, estaban confiados del gobierno de los humanos, para un rápido y efectivo rescate, los otros perros decían que no estaban de acuerdo, los humanos estaban erráticos, no tenían nada preparado.
Un gallo había visto a la jefa de la O.N.E.M.I. en un televisor de un canal de los humanos, la cual había llegado con 1200 mascarillas para una población de cuatro mil habitantes y que ni siquiera habrían nombrados a los animales. Los chanchos radicales decían que era de esperar, que ellos, no existían para los humanos y que si no morían por efecto del volcán, mas de algún cuatrero los mataría.
Los conejos dijeron que se iban para Chubut, aquí no había nada mas que hacer. Los humanos eran crueles y se salvarían solo ellos.
Un representante de los gatos entregó la información definitiva del canal nacional de los humanos; no habría transporte para los animales, no habría rescate, solo se llevarían a los que pudiesen vender, en la feria más cercana , y que es más, la presidenta de los humanos, habría puesto precio a cada cabeza de animal muerto en compensación a los humanos dueños.
"¡Eso es injusto"!, dijo un toro.
"¡Deberían indemnizarnos a nosotros"!, exclamó una gallina.
"...Hay una sola cosa clara " , dijo un perro:"...todos moriremos...".
"Así es...", se lamentó una vaca.
" Los humanos nos abandonaron", comentó la pava.
" Solo somos animales", espetó un burro.
" Unos pobres animales", sentenció el chancho.
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