Esta esquina es emblemática para mi. Esta peluquería era muy antigua, cuando ya como jóven buscaba algún lugar, donde cortarme la barba o el pelo. Como peluquería de barrio, en su interior se mantenía congelado el tiempo. Por el exterior, muy deteriorada, no fue hasta muchos años después, de mi registro fotográfico, que se transformara en un espacio artístico.
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