Cuando en la década de los ochenta, formábamos el grupo de teatro: Resistencia Cultural, junto a Patricia Rivadeneira, bajo la dirección de Vicente Ruiz, tratábamos de realizar performances, donde el desnudo, era el elemento provocador, dentro de la puesta en escena. El cuerpo como eje, del cuestionamiento visual, en un entorno donde el cuerpo había sido, la problemática jurídica, que había entrampado el esclarecimiento, de los atropellos a los Derechos Humanos.
El desaparecimiento sistemático de los cuerpos, impedía la constitución del delito, como homicidio calificado, quedando en una especie de limbo, de una supuesta desaparición, durante la dictadura, en la cual, los cuerpos fueron dinamitados, torturados, cercenados, lanzados al mar, enterrados vivos, degollados, flagelados.
El cuerpo, como elemento significante, dotaba a las escenas de una provocación que el desnudo siempre ha tenido, donde la censura se deja caer, con todo su peso, mediante el pudor, o la restricción de aquello que es natural, en todo ser humano. Vale decir, el cuerpo desprovisto de todo morbo, de todo aspecto pecaminoso. El cuerpo, en su dimensión sagrada, el cuerpo como manifestación de la humanidad.
El desnudo corporal, siempre ha sido censurado a lo largo de la historia. Desde los primeros versículos del Génesis, donde la desnudez, es similar a la desprotección de todo el ámbito sagrado, que habría de poseer, antes del pecado original.
Han pasado los siglos y aún, el cuerpo desnudo sigue siendo controversial, prohibitivo. Como si fuese algo malo, digno de ser ocultado.
Picasa, no ha sido la excepción; En pleno siglo XXI, establece el prejuicio sobre el cuerpo desnudo, como algo objetable, mediante la expresa prohibición, de la exibición pública, asociado al concepto de lo obsceno.
Pues bien, queremos dejar en claro, que la obscenidad, nada tiene que ver con el cuerpo desnudo. Para nosotros, artistas, libre pensadores, el cuerpo es la belleza, la perfección de la creación, en la manifestación de la vida. Y sin embargo, otras cosas, si nos parecen obscenas.
Han de saber los señores censores de Picasa, que lo que nosotros consideramos obsceno es la guerra, el narcotráfico, el hambre y la miseria, en la que viven millones de seres humanos, el tráfico de armas, la trata de blancas, la explotación infantil, la pedofilia, la explotación del hombre por el hombre, el maltrato animal, la caza indiscriminada de especies en extinción, la contaminación del planeta, las pruebas nucleares ocultas, a los medios de información. Esas son las cosas, que los señores de Picasa, no mencionan, en su concepto de obscenidad. Esa es la verdadera desnudez, de una humanidad injusta, que ha sido incapaz, de hacer respetar los valores, que realmente nos hacen sentir orgullosos de ser, seres humanos.
Vaya pues nuestra protesta, contra todo tipo de censura, que impida, que el cuerpo humano sea exibido en toda su dimensión artística y sea rebajado, por el contrario, a la pequeñez mental, de quienes ejercen la censura, amparados en un marco legal, que se lo han dado ellos mismos.
Carvajal Art, es y será un espacio de libertad y ninguna censura, nos impedirá seguir adelante, en nuestro empeño, por elevar la belleza del cuerpo humano desnudo, a la dimensión del goce estético, que nos distancia de la barbarie e inhumanidad, en la cual se ampara todo tipo de censura.
©2010 Carvajal Art
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