Aquella mañana
era fria
como muchas otras
a pesar del sol
que se elevaba
a punta de cada
inflexión de TU voz.
YO estaba
en el extremo
de mi mismo
enfrentado al abismo
del ser y la nada
Pensando en Sartre y Kundera
tendido me quedé dormido.
Mis manos como alas
emprendieron un vuelo
en la evanescencia
de mi inconsciente YO
abandonado al TU
que me recorría
en cada latido
de la obscura presencia
del aciago futuro
que se me venía
encima al despertar.
Entre destellos de ceguera
apareció tu rostro
repetido una y otra vez
en miles de voces
en miles de pieles
como un cuadro de Warhol
al momento
en que los pájaros
del deseo
eran cómplices
de mi amor
extendido por toda la tierra
aniquilando fronteras
fundiendo banderas
acortando distancias
enarbolando los tiempos
muertos en su propia risa.
Demoré en volver a la vida
y un beso tuyo
fue la certeza de la eternidad.
Entonces ningún verso se resistió
a tu presencia.
Benedetti, Cortazar y Neruda
habían dado el si
en mis labios sellados de silencio.
Jodorowsky andaba buscando
un mantra que me sostuviese
en el calvario que se avecinada
a la vuelta de cada cruz.
La Viola cantaba
en tus cansados pies
sedientos de libertad
de cada camino
en la penumbra
del susurro
vertido a mares
de vientos
que destruyen
cadenas y barrotes
prisiones y candados.
Y Víctor se reia
en tus ojos
como la promesa cierta
de aquello que sabemos
que existe
pero que callamos.
La mecánica cuántica
me dejó sin Dios
de un solo tajo.
Y TU
sin canto
donde anidara
mi llanto
en un universo
sordo de estrellas
de un finito espacio
que sabe a nada
que huele a muerte
por destino.
Carvajal Art 2011
3 comentarios:
Escribes muy bien!!!felicidades....
Muchas gracias, tu comentario es un gran aliciente, para seguir haciéndolo. Saludos.
Carlos Carvajal
siempre te e apoyado aunque no te hayas dado cuenta...
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