lunes, marzo 17, 2008

Toda una desgracia

Por esas cosas del destino que uno no logra entender, he sufrido un grave accidente ocular.

Sufrí un desprendimiento de retina en el ojo izquierdo y acabo de ser sometido a una compleja operación mediante el uso del láser. Estoy recién iniciando el período post operatorio, el cual me obliga a un complicado y estricto reposo.
No recupero la vista y hay pocas posibilidades de volver a ver, pero los milagros existen y en Dios confío.
Deseo dar gracias publicamente a las siguientes personas e instituciones:
  • Mónica Oyarzún, gran amiga que prontamente tomó el control de una situación angustiante y de emergencia.
  • Dr. Marcelo Unda, colega, oftanmólogo y fotógrafo, por atenderme de inmediato y hacer el diagnóstico respectivo.
  • Dr. Rinaldo Basso que se movió con todo para apurar los trámites de urgencia de la intervención y estuvo preocupado en todo momento.
  • Sra. Claudia Carvallo, quien entregó todas las facilidades para acceder a los trámites ante Fonasa y ha sido,mi enfermera y amiga.
  • Luis Gonzalez quien me movilizó en su taxi y me sirvió de lazarillo, para llegar a la Clínica Laser muy de madrugada.
  • Sra. Irma quien gentilmente se preocupó de preparme la comida y la ropa.
  • Sr. Claudio Monti, quien se ofreció para movilizarme y prestar ayuda.
  • Sra. Maria Eugenia Campos, quien ha realizado masajes para aliviar el dolor.
  • Sr. Hernán Fredes quien realizó gestiones ante el consultorio.
  • Sra. Cecilia Oyarzún, quien corrió a verme a la llegada de la clínica.
  • Dr. Andrés Kychenthal quien junto a la Doctora Paola Dorta, realizaron la compleja operación de vitrectomia, que duro casi tres horas. Centro Oftanmológico Laser KYDOFT.
  • Sr. Max Gallegos quien ofició de conductor y lazarillo pra mi primer control.
  • Sr. Raúl Pino quien realizó gestiones ante la AFP Habitat.
  • Sra. Carmen Olivares por sus oraciones, preocupación.
  • Sres: Víctor Oyarzo, Manuel Losada, Fernando Lagos, Cristián Arévalo, Jorge Ferreira, Rodrigo Sepúlveda, Alfredo Carmona, por sus atentos llamados.
  • Sr. Jesús Soto por venir a verme en cuanto supo.
  • Dra. Marianne por su preocupación y ayuda, quien me movilizó en su auto al Hospital San José.
  • Padre Pío, Monje Santo Capuchino, en quien confío, por devolverme, la esperanza de una mejoría y pronta recuperación.

    Y a Jesús Nuestro Señor, por sostenerme en la fe, en medio de esta dura prueba.

    Carlos Carvajal
    Marzo 2008