miércoles, marzo 24, 2010

Carvajal: Wish You Were Here

La clase sobre Mac Luhan había terminado esa tarde, de primavera, dejándome con ansias de saberlo todo. De pasearme desde la semiótica a la lingüística, sin problemas. Como sabía que en casa, nunca nadie me esperaba, decidí seguir hacia la casa de mi novia, para poner mis pensamientos en orden. El camino era largo y esas notas en la introducción de la guitarra, no dejaban de sonar en mi cabeza. Me había comprado con gran esfuerzo el disco, en vinilo y absolutamente importado, ya que en Chile, no lo editarían hasta un año más tarde. La sagrada, a la sasón de los tiempos, reliquia, me dejaba en una especie de nostálgico éxtasis, que me permitía pensar con mayor claridad, la exposición que debería dar al día siguiente, como ayudante del profesor del ramo de comunicaciones, que así me lo exigía.
Cuando llegué, mi novia estaba seriamente preocupada, de que la parte inferior del bikini, se traslucía, dada la blancura del lycra, que al mojarse dejaba entrever, el negro bello púbico, presente bajo la tela.
-¿Qué opinas tú?, me preguntó.
-Bueno..., yo creo que Mac Luhan, es muy potente, me ha dejado impresionado-.
-No te estoy preguntando eso-, arremetió.
-...Te estoy prenguntando, si tú crees que se trasluce, el traje de baño-.
-Ahhh...-, dije yo.
-Era eso. La verdad es que, a mi me parece muy erótico. Me gusta-.
-...Pero como Carlos...,imagíname saliendo del agua y todos mirándome-,prosiguió.
-Pues, a mi me parece bien que todos te miren. Yo te pediría, que te metieses al agua y volvieses a salir, una y otra vez, antes que se evaporara el efecto óptico-, contesté.
-Ya pues...,ponte serio-, me regañó.
-Pero si Mac Luhan es serio y Dorfles, también lo es. No se, si mas o menos, que Habermas, pero que Umberto Eco, si, a él nadie se la gana-,contra argumenté-.
-Ayy, Carlos, dime, ¿crees que está bien que use un traje de baño que se trasluzca?-.
-Por mí, que se te trasluzca todo. Me seduce al máximo-, aseveré, con una pícara sonrisa.
-Pero...,¿cómo puedes decir eso?, van a andar todos los tipos como babosos, mirándome-, exclamó.
-Bueno..., pues yo seré el primero de todos. Y créeme que no sentiré arrepentimiento por ello. Además, ¿qué tiene de malo?. Al contrario, tu pubis es bello y lo bello es para ser mostrado, expuesto, admirado-, sentencié.
-¡¡ Ayyy...,Carlos. Para ti está bien, pero...,¿ y los otros tipos?.Me preguntó mirándome a los ojos.
-Y que me importan a mí, los otros tipos. Yo soy un esteta y no tengo prejuicios de ningún tipo, ni de ningún tipos-, concluí.
-Bueno, lo voy a ir a cambiar a la tienda-,concluyó.
-Noooo...-, grité.
-Es un placer estético, que no me puedes negar-, supliqué.
-No, Carlos, si se me traslucen hasta los pezones-,indicó.
-Mmmmm, que erótico, eso si que me encanta. Tanto, que hasta, los semióticos, se me olvidan, concluí certero.
En eso intervino mi suegra, diciendo que era indigno, que una mujer se expusiese así.
-Mira, Eliana-, le contesté.
-La dignidad, no tiene nada que ver con el desnudo, ni con el cuerpo. La dignidad, tiene que ver son un sentimiento interno, que va mucho mas allá del cuerpo. Si fuese por eso, tendríamos que ir a taparle las bolas, al "Pensador" de Rodin. O las tetas, a la "Venus" del Nilo-, concluí.
Un silencio, invadió el comedor y sentí que, era hora de marchar a casa.
Mientras esperaba el taxi, me sentí tremendamente solo y cuando el chofer, sintonizó la radio, la guitarra comenzó a dar, los primeros acordes de esa magnífica introducción. Y yo, mientras fumaba, ya entonces,deseaba que hubieses estado aquí.