"Tengo un grave problema: no tengo opinión sobre nada y me invento cosas para salir del paso, de ese paso que es tener opinión sobre las cosas. Debo entender que eso se debe a mi desconocimiento sobre las causas y las consecuencias de los hechos en sí, sobre mi desconocimiento sobre los hechos en sí. Debo entender que eso se debe a alguna disfunción de mi capacidad cerebral. Se supone que debo entender algo y no entiendo nada." (Julián Marías)
Nos dice Umberto Eco, que paradógicamente, aunque vivimos en la llamada "sociedad de la comunicación", estamos más incomunicados que nunca. Los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, Internet, nos ofrecen una lluvia de información abundante, y no por ello objetiva, que atiende a intereses ajenos a los de su finalidad.
"Hoy el medio más seguro de neutralizar a alguien no es el saberlo todo sobre él, sino el de darle todos los medios para saber todo sobre todo" (Baudrillard, Virilio, 1990)
La sociedad se ve así invadida, por mensajes comestibles y consumibles sin fatiga.
El buen gusto o no, es dirigido en la cultura de masas de forma determinante.
Estamos tan "globalizados" ideológicamente y culturalmente, que las visiones individuales son tomadas como "extrañas" y "raras", y peor aún, como "incomprensibles": este es el caso del espacio virtual "Carvajal Art", "un tejedor de sueños", censurado en multiples ocasiones y en otras muchas condenado, que ponen de manifiesto que nuestro nivel de juicio y de opinión están basados en una comunicación que propugna la desinformación y la falta de iniciativa y de opinión del individuo.
Orientados y dirigidos, somos incapaces de reconocer en lo "distinto", aprendizaje y riqueza.
"Dios
Dios es un concepto,
por el cual podemos medir
nuestro dolor.
Lo diré de nuevo,
Dios es un concepto
por el cual podemos medir
nuestro dolor.
Yo no creo en la magia,
no creo en el I-ching,
no creo en la Biblia
no creo en el tarot,
no creo en Hitler,
no creo en Jesús,
no creo en Kennedy,
no creo en el Buda,
no creo en el mantra,
no creo en la Gita,
no creo en el yoga,
no creo en reyes,
no creo en Elvis,
no creo en Zimmerman,
no creo en los Beatles,
yo sólo creo en mí,
en Yoko y en mí,
Y es cierto.
Los sueños se acabaron.
¿Que puedo decir?
Los sueños se acabaron
Ayer,
Yo era una tejedor de sueños,
pero ahora he renacido.
Yo era la morsa,
pero ahora soy John.
Así que, queridísimos amigos,
tan sólo tienen que seguir,
los sueños se acabaron."