La fotografía ha vivido muchas re- evoluciones desde que Eastman, decidió llevarla a todos. Quizás uno de los elementos tecnológicos más masivos, sea la cámara fotográfica. Con su consecuente impacto en la fotografía, como fenómeno de masas.
Desde que fue creado el roll, hasta la cámara digital, hay un gran paso a permitir el acceso a grandes cantidades de personas, al fenómeno fotográfico. La maravilla de capturar el instante, deteniendo el tiempo, es un acto mágico que seduce a todos por igual.
El acto de fotografiar- se, es lejos, una de las actividades más democráticas, que existen, ya que el obturador es un elemento ad-libitum, del fotógrafo; permitiéndole el registro del instante, que en su dimensión temporal más dilatada, le confiere un perfil histórico al registro.
Una fotografía casi anecdótica, con el correr del tiempo se transforma en un documento histórico. El valor agregado, del documento en cuestión tiene relación con la extensión del tiempo, que logró congelar, tras la obturación. Y he aquí, que el medio, la cámara en cuestión fue haciéndose cada vez más cotidiana. Más sencilla en su manejo, mayor rendimiento de sus componentes, menor tamaño y peso, mayor accesibilidad y compatibilidad. La cámara comenzó a materializarse en otros medios tecnológicos, como el celular, o la web cam, sin olvidarnos de la cámara de vídeo.
La distancia del sujeto fotógrafo, al objeto fotografiado, Internet mediante, puede ser de miles de kilómetros. Hoy es factible fotografiar a través de sistemas de comunicación, presentes en la Web, como complemento a la video conferencia. Es factible realizar un acto, mediante un espacio virtual, que separa al fotógrafo del modelo.
La masividad de la fotografía, a través de los celulares u otros medios, hacen que estemos ante la presencia de una nueva revolución de la fotografía, a partir de la evolución de los medios tecnológicos, que en un tiempo fueron su soporte y ahora son el incentivo, para su desarrollo.