Desnudo en la Playa
Nude in the Beach
Carvajal Art 2010
Domingo 4 de abril de 2010 LND Magazine
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Soledad Torres: “La satisfacción sexual es un derecho”
“¿Por qué los hombres aman a las cabronas? Guía sencilla, divertida y picante para el juego de la seducción”, no es sólo el típico libro yanqui con pautas para lograr un objetivo determinado, es también por estos días el texto más vendido y leído en Chile. Pero aclaremos que en la obra de Sherry Argov cabrona no es igual a regenta de prostíbulo, ni a manipuladora dominante. Cabrona es el calificativo para una mujer como “una magnolia de acero”, que “utiliza su femineidad para su propio provecho”.
.¿Existen esas mujeres en Chile? Definitivamente sí, y todo hace pensar que es una especie en crecimiento que sabe que no se requiere ser excepcional en la cama para obtener la satisfacción, sino darle a cada cosa la importancia que merece, sin trancas atávicas.
Si el sexo es un juego de dominación, la nueva mujer cabrona no quiere ser dominada, ni protegida, pero tampoco dominar o proteger. Quiere sentir satisfacción, sabe y asume que es un derecho de mujeres y hombres.
Chile encuentra estas mujeres de la mano de la independencia económica y así lo reconocen profesionales, hembras y machos. El poder hacer uso de los derechos parece seguir ligado a ese ítem. Sin embargo, el acceso a información de manera más universal también abre una ventana de libertad para la pareja con democracia en la sexualidad.
Se trata de mujeres para las cuales la búsqueda del llamado punto G es la eterna ilusión del interruptor que facilita las cosas a hombres cada vez más complicados con la iniciativa sexual, sobre todo si ésta se da en la pareja estable, porque implica, necesariamente, una nueva exigencia, si lo asume con el antiguo rol de macho que “la lleva”. Son mujeres con un abecedario en el cuerpo que quieren leer al otro y, por cierto, ser leídas con la mayor espontaneidad.
Como las pautas son desechadas por estas hembras modernas, esta guía termina siendo una contradicción graciosa. No importa si el sexo es con pareja estable o esporádica, aunque no es lo mismo, tampoco si se hace con luz o sin ella, ni la pose, arriba, abajo o al lado, si es por vía anal u oral o masturbación, la satisfacción la da el ejercicio de elegir y de llegar a acuerdo con el otro, tanto como el decirse sutilmente lo que más goce produce.
La guía no sirve, sino para despertar una búsqueda para hacer real la libertad de elegir, con todo respeto, en especial por una misma. No para caer en la auto trampa de disfrazarse de liberal para cazar un hombre. Y aunque moleste a críticos literarios, da cuenta de que el mercado en Chile parece haber dejado de ser cruel por la vía de ofertar placer para todos y todas, con muy buenos resultados, al menos de venta. La imaginación, esa sensible y sin fronteras, se verá si está presente luego, en la vivencia de lectores y lectoras acabronadas. //LND
Una micro empresaria con miel
Fue niña madre. A los 16 años ya era independiente y trabajaba. Hoy reconoce que siempre le gustó tomar sus propias decisiones. Mónica Oyarzún cruzó hace poco la barrera de los 50 y se siente plena en todos los ámbitos, “como una buena cabrona”.
Con serenidad, establece que la relación sexual es de a dos y que la conversación previa y posterior al acto “es súper importante”.
“Lo mejor se produce cuando yo he llevado la relación a donde la he querido llevar de manera espontánea, sin libreto previo”, confiesa.
Sin complejos, revela que la preparación del escenario es relevante para lograr ese goce. “He sido geisha y lo sigo siendo, porque para mí es muy importante la ropa interior, los aromas, la música, el traguito que yo quiero ofrecer o que comparten conmigo, estar atenta al evento, hacer y que me hagan masajes y cariñitos”, asevera.
“Lo más importante cuando uno se suelta es que a la persona que uno tiene al lado le pase lo mismo y ahí dejar volar la imaginación que puede dar para todo. Yo soy completa, me gusta con todo, con lo que salga. En el sexo no es decisiva la pose, me gusta dirigir, pero sutilmente, para no inhibir, una debe dejar que el hombre crea que lo hizo fantástico y si no es así, lo digo porque se puede mejorar. Por eso los tengo como mosquitos en la miel, siempre vuelven sin que uno los busque”, sonríe.
De buenita a satisfecha
Sólo por profesión debiera manejar la química a su favor, pero los tabúes la rodearon de una manera tradicional “hasta que vio la luz”. Rebeca Paul, oriunda de la capital de la Región del Biobío, estudió Química en la Universidad Católica de la Santísima Concepción y sólo pasados los 30 se encontró con un camino de satisfacción sexual.
Es lo que podría llamarse una aprendiz de cabrona y está convencida de que toda mujer quiere conocer “esa cosa medio salvaje y que un hombre te haga de todo”.
Antes esperaba, buscaba y también dirigía, “porque mi pareja era menor y no tenía tanta experiencia”. Pero al terminar esa historia ha conocido un mundo diferente, “con parejas fomes, que se enamoran, y otros que saben compartir la sexualidad sin trancas”.
“En todo caso, he vivido una historia muy rica con un hombre estupendo, bien dotado, con el que lo pasamos muy bien, pero el hecho que él haga todo me incomoda y yo no he sido capaz de decírselo”, relata.
En esta nueva etapa valora la verbalización de lo que se requiere por ambas partes, así como los masajes y ser recorrida íntegramente. “Me gusta que me dejen ser libre, pero que igual me den mucho placer. Me cargan los que sólo buscan su propia satisfacción”, dice siempre meditando.
La mirada de un artista obrero
Carlos Carvajal, actor, músico, fotógrafo, escritor y, por estos días, obrero, se considera un privilegiado y una excepción en Chile. Él se fascina con las cabronas.
“Son tremendamente entretenidas porque salen de la norma, son independientes y eso produce una gran atracción por no estar dentro del tradicional esquema de dominación”, destaca con brillo en los ojos.
“Son mujeres que tienen un gran magnetismo, principalmente porque tienen su proyecto propio y eso las hace diferentes. La clave en el sexo es que no tienen trancas y asumen su sexualidad de manera libre, capaces de tomar la iniciativa, de seducir y de plantear derechamente qué estamos haciendo aquí, si podemos hacer otras cosas en otra parte”, recuerda con picardía.
Para este artista, las mujeres que deciden sobre su sexualidad no son inhibidoras, y se diferencian de aquellas “que son más bien autoritarias”.
“La mujer entretenida y con la que mejor lo pasa uno es la que siempre mantiene el juego, más que la utilización o el dominar, porque en estas últimas se produce aquello de querer controlar todo también y, por ende, no se relajan”, afirma.
Aclara que su forma, lejos de ser descomprometida, hace posible la extensión de la relación cuando quiere. “Eso se da cuando se mantiene el juego que pasa por lo erótico vitalizador, honesto y positivo, y es por lo mismo que se puede mantener en el tiempo”.
Reconoce en sus pares dificultad para disfrutar esta libertad, “lo que les hace tener una vida sexual que es un desastre”. Carvajal es categórico: “Esta es una mujer que no tiene tapujo alguno en tener sexo anal, oral o vaginal, y si no le gusta, también lo expresa, no se somete porque sólo busca un honesto placer”.